martes, 6 de marzo de 2018

Otra vez. A veces llego a pensar que ya soy así y no hay forma de cambiarlo, que soy como una ola que inevitablemente toca arena de vez en vez. Ayer tiré un montón de cosas, ropa, zapatos, libros, porquerías, es como si quisiera liberarme de muchas cosas. Más que nada definiría la sensación de cómo me siento como una necesidad de escaparme de mi propia piel, ser aire, ser espuma, ser agua, escurrirme, evaporarme. Me dormí llorando, me desperté llorando, pero no puedo decir que sola. Tenía un gato en cada hombro y uno a cada costado. Ahora me miran, me miran como si quisieran ayudarme de alguna manera, o como si respetaran mi sentir, como si no quisieran molestarme. Mimosa me limpiaba las lágrimas. Volví a tomar las pastillas, como si pudieran hacer algo. A veces escucho agua caer y me imagino estar en otro lugar, no como humana, siendo pasto, siendo tierra, siendo naturaleza. Siempre me imagino tirada en el piso, qué significará? Cuando no me puedo dormir, me tiro al piso y de repente me quedo dormida. Ayer estuve todo el día esperando una respuesta, en vano. No se por qué todavía espero que exista alguien que pueda y quiera ayudarme. Me gustaría tener un botón de autodestruir, pero que no doliera... Aunque me pregunto si es posible sentir un dolor más fuerte del que siento ahora. Creo que si, porque alguna vez lo sentí. Lo que siento ahora es vacío, inercia. 
Escribí esto con la idea de descargarme, pero no estaría funcionando.