jueves, 12 de enero de 2017

Desconozco con exactitud hace cuánto que no hago esto y, honestamente, espero que nadie lo lea. Todo este último tiempo estuve sintiendo que me ahogo en un vaso de agua. No me refiero a la incapacidad de poder sobrellevar algo tan pequeño como un vaso, sino más bien a la falta de perspectiva de darme cuenta de que un vaso no es un mar, o no poder experimentar que donde estoy no es el mar, aunque lo sepa. Quiero decir, desde lo racional se exactamente lo que es, pero eso no es suficiente para sentirlo, y al no sentirlo, todo se desmorona. 
No creo que la solución esté afuera, se muy bien que nunca lo está. Pero tampoco puedo evitar desear que alguien desde afuera del pozo me tire la soga, y no cualquiera, la persona que me empujó. Desde ya que no lo tomo como algo intencional, sino que más bien como que aquel sujeto estaba caminando, sin rumbo en su propia vida, y sin querer, en medio de esos pasos sin dirección, me empujó al pozo. ¿Cómo hago para pedirte que me tires la soga, sin que pienses que no soy la misma de antes? ¿Cómo hago para pedirte una mano, si ya te lo pregunté más veces de las que podría enumerar? ¿Cómo te pido que te saques la venda de los ojos, si después te los tapas con las manos? Me encuentro en esos momentos de la vida donde quisiera que interviniera un tercero, un factor desencadenante, y te dijera "¿No ves que te necesita?". ¿No ves que si estoy escribiendo esto, es porque no puedo decírtelo? Porque lo he intentado varias veces, y el resultado nunca es bueno. Siempre termino más al fondo de lo que estaba antes. Lo que necesito en este momento es que estés ahí, haciéndome compañía, hasta que las olas pasen. Aunque no sea tu culpa, aunque no me entiendas. 
La tormenta no siempre está afuera, las que están en nuestro interior... esas son las peores. No creas... No creas que no lo estoy intentando. Estoy poniendo más esfuerzo que para cualquier cosa que te puedas imaginar, estoy tratando de agotar cualquier tipo opción, buscando todas las salidas. No necesito que me digas qué camino tomar, necesito que estés caminando conmigo, sosteniendo la linterna... Y no te pregunto si crees que podés... Te pregunto... ¿Lo harías por mí? Todo pasa. Acompañame hasta que pase... Todo pasa. Esto también pasará.